Al hilo de una de la presentación del TFM de uno de los grupos del Máster en Gestión Cultural UC3M del curso 2021/22 (Festival @impulso_450) he reflexionado incidentalmente sobre el hecho cultural. Como gestores, debemos analizar cuándo se produce un verdadero hecho o evento cultural meritoriamente significativo y qué valores debe tener para que así lo sea. Los tres valores significativos serían entretenimiento | reflexión | experimentación. Si se cumple esa terna podemos decir que es un verdadero acto cultural.
- Reflexión: que suponga un aprendizaje, una pedagogía, una intimidad educacional. Que tenga un regusto en el intelecto y en el alma. Que tras pasar por el hecho/evento cultural haya una transformación, un crecimiento, un desarrollo personal por parte del que lo prueba.
- Entretenimiento: que la reflexión y profundidad no nos quite la alegría, el humor o la serotonina necesaria de ser un acto ameno ó incluso divertido. El humor, incluso, muchas veces es el mayor exponente de la inteligencia.
- Experimentación: tratar de hacer los eventos con un toque de innovación, de mejora respecto a lo ya existente, con otra manera de hacer las cosas. Ello nos lleva a nuevos lenguajes, a nuevas texturas y a nuevos públicos.
Ejemplos:
- Partido de fútbol: Entret. (1) | Reflexión (0) | Experim. (0) --> Hecho cultural: 0
- El misántropo (Festival de Mérida): Entret (1) | Reflexión (1) | Experim.(1): Hecho cultural: Ok
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Como siempre recuerdo, el profesional en gestión cultural siempre es el intermediario entre el artista, el espacio y el público. Un prestidigitador a tres pistas en el hecho cultural. Así que a parte de esos tres valores que hemos comentado también hay que considerar que todo debe estar aderezado de alegría y de emoción para que la experiencia sea verdaderamente completa.