Cola de entrada para el Mercado Central de Diseño (Fotyo by Matadero)
Visitando ayer la Central de Diseño en Matadero (Madrid), sorprendía ver la cola en su exterior para el Mercado de Diseño que se celebraba en su interior. Este mercado acoge a profesionales del diseño (moda y complementos, producto y obra gráfica) creativos independientes (artistas e ilustradores que sigen tendencia o tienen valor añadido que les diferencia del resto), pequeños comerciantes (comerciantes de diseño) y tiendas web que buscan un espacio físico.
Intenté entender el porqué de tanta cola dado que su interior es bastante grande. Además, nos habían llegado noticias desde el interior de que había poca gente. ¿Qué estaba pasando entonces? La explicación que deduje creo que puede provenir de la distribución e indicación de los espacios. Intenté analizarlo:
La Central de Diseño de Matadero, tiene una distribución en L, donde hay una parte "A" larga (con dos ambientes) y otra parte "B", girando hacia la izquierda más amplia y cuadrada.
Parte A (alargada, tras la entrada)
Parte B ( muy amplia y cuadrada tras giro a la izquierda)
¿Qué pasó entonces? Que justo en la parte del giro hacia la izquierda, se colocó una cantina (bar) y un puesto de perritos calientes. De esta forma, cuando empezó a entrar la gente llegaba al final de la parte alargada y al ver la cantina se pensaba que terminaba allí.
Estado de la parte alargada de la entrada (con gente)
Final de la parte alargada (casi vacío, con el puesto de Hot Dog haciendo barrera)
Además, al empezar a formarse cola en el puesto de HotDogs, se creaba de forma natural una barrera humana que casi impedía girar a la parte B de la nave.
Barrera humana creada por la cola de perritos calientes (vista desde el propio puesto)
Todo ello provocaba que mucha gente no hiciera el giro hacia la izquierda de la exposición, con lo cual la nave de la entrada se llenaba muy rápido y no dejaban pasar a más gente por seguridad y comodidad de visita, haciendo que la parte B, donde había muchos puestos de diseñadores, estuviera prácticamente vacía respecto a la zona de la entrada.
Parte B de la feria (muy vacía respecto a la zona de entrada)
Ante la queja de los diseñadores de la Parte B, el equipo de Staff trató de paliarlo con algunos carteles improvisados, en la zona de cantina, aunque al ser sobre fondo blanco no sé si llegaron a producir el comportamiento deseado.
Señalización improvisada para solventar el asunto de la distribición de público
Esto nos da pié a reflexionar en varios puntos:
- Qué diferentes son las situaciones de espacio cuando una exposición se estudian los espacios sin público a cuando llega el público masivamente.
- Las áreas de descanso y cantinas deberían estar al final de toda exposición, para no provocar una barrera tanto psicológica como física.
Era la primera edición de un muy interesante mercado que tendrá su continuidad una vez al mes el resto del año, así que supongo que estos factores se tendrán en cuenta en próximas ediciones para evitar la masificación de cola de entrada y la igualdad de posibilidades para todos los diseñadores que exponen.
Sin duda la observación, la anticipación y la visión espacial brillan por su ausencia en la gestion de espacios publicos muy a menudo. Pero es un tema que me fascina porque con un poco de voluntad, imaginación y bajo coste se pueden conseguir resultados. Pero aqui juega un papel importante el publico tambien. Es curioso observar a veces la poca inteligencia colectiva de las masas para resolver este tipo de situaciones.Un ejemplo clasico es el bloqueo de los cruces en un atasco donde no existe un beneficio claro para nadie y si un perjuicio colectivo claro
ResponderEliminarAh, la gestión de espacios públicos (expositivos, comerciales, lúdicos...), asignatura de todos los másteres y postgrados al uso de estos temas, pero asignatura pendiente para la gran mayoría de organizadores de este tipo de acontecimientos (inciso: desterremos la incorrecta palabreja "evento" de nuestro "vocabulario cultural", salvo cuando hablemos en inglés).
ResponderEliminarLo que importa en muchos casos es la comercialización de espacios, pero no la adecuada gestión de éstos para facilitar la actividad de los expositores-comerciantes ni la comodidad del visitante, que al final son los ejes del éxito (en todos los sentidos) del acontecimiento en cuestión.
Por no hablar de la habitual deficiencia -cuando no negligencia- en la gestión de estos espacios en lo relacionado con la seguridad (y desgraciados ejemplos de ello tenemos en Madrid).