Uno de los placeres (o maleficios) de un protogestor cultural cuando visita una exposición es que a parte de fijarse en la obra que se expone se interesa en los detalles que han hecho posible que esa exposición llegue al público y cómo está mostrada la obra. A fin de cuentas, un gestor cultural es un canal de comunicación entre el público y la obra/artista.
Visitando la recoleta y delicada exposición temporal del portugués Domingos Sequeira (1768-1837) que durante estos meses estará en el Museo del Romanticismo uno descubre el por qué de la calidad de dicha exposición, al margen de la magistral obra de D.Sequeira proveniente del Museo de Lisboa y trasladada aquí con Garantía del Estado.
El rótulo de entrada y la tipografía de todos los carteles y leyendas siguen una gráfica de gran calidad, con sheriff, una derivación de la clásica Basquerville pero buscando una mayor legibilidad. Según me dijo el propio museo a través de Instagram se usa la tipografía Trajan Pro y Hoefler Text porque estéticamente se ajusta además a la línea gráfica del museo. Además el color de las cartelas de leyenda de los cuadros coincide exactamente con el color gris de la pared, dando información bien legible pero siendo mimetizada para resaltar a lo verdaderamente importante: los cuadros.
A la entrada, además de un pequeño folleto de los actos y eventos conmemorativos de la relación España- Portugal y de la hoja de sala (que se puede descargar en .pdf), un cartelito nos indica que nos podemos bajar también al móvil una lista Spotify de músicas de la época para ir escuchando mientras vemos la exposición y así tener una experiencia global más intensa.
Y es que el Museo del Romanticismo, uno de los que mejor usan las redes sociales, ha ideado además a través de su hashtag #expoMR contarnos cómo se ha ido confeccionando la instalación de la exposición para que al ir a verla en la realidad apreciemos más aún el resultado.
La estancia de las exposición temporal del Museo del Romanticismo es relativamente pequeña, pero saben aprovechar muy bien el espacio para dar cabida de una forma cómoda al conjunto y con la distribución de paneles en el centro de la sala para indicarte el recorrido de la exposición de forma natural.
El SanctaSantorum de la exposición es el que alberga el cuadro más grande (ver la primera imagen de este post) y para acceder a él hay un pequeño escalón del que se quejan las personas mayores pero que en esta ocasión está muy bien iluminado y delicadamente señalizado por unos LEDs por debajo del mismo. Además tanto los paneles como el fondo están empapelados con una trama de candelabros, que resulta ser un detalle dibujado en una vajilla que aparece en uno de los cuadros de la exposición ;-)
También es destacable el punto al que están mirando ahora las señoras de la foto. Se trata de un cuadro digital (con un marco decorado al uso) que contiene otras obras de Domingo Sequeira que no se han podido traer a la exposición por las limitaciones del espacio de la sala. De esta forma, entre lo offline y lo online, podemos conocer toda la obra del autor. ¡Gran idea!
Por último, un curioso detalle de aprovechamiento casi imperceptible de la lámpara del centro que sirve de apoyo y conexión luminosa (cable) con uno de los paneles centrales. Una curiosidad de sutil conexión ideada por CuatroParedes.com, la empesa encarga del diseño de la exposición (según me explicó el propio Museo a través de twitter)
En fin, una cuidada exposición, llena de delicados detalles que no os podéis perder. Es gratuita y permanecerá abierta hasta el 2 de Febrero 2014.