Formación y gestión cultural (Huelva 2014, Cristina Riera)
Con motivo de ver la presentación sobre formación y gestión de Cristina Riera y su reflexión posterior sobre emprenduría se me antoja escribir este post con algo que tenía en mente desde hace un tiempo. En la formación de gestión cultural, máxime cuando se está haciendo un máster, un curso, una carrera... siempre se tiene presente la pregunta (sobre todo por parte de los demás) ¿Y después del máster, qué? Todos somos ya conscientes y mayores para entender que hacer un máster no te convierte en un gestor cultural. Lo que se necesita, subscribiendo las palabras de José Antonio Mondragón, es "empoderaramiento", es decir, sentirte capaz de coordinar, sugerir, mediar, facilitar, provocar un proyecto cultural. Y no hay otra. "La mejor maestra es la práctica" que decía Cristina. Hay que hacerlo y hay que creérslo. Nadie nos va a contratar si no hacemos y creemos en ese empoderamiento.
En este proceso, también hay una buena parte del famoso "Conócete a tí mismo" y es que no sólo consiste en explorar el mercado profesional y generar la oportunidad sino que hay que explorarse por dentro uno mismo, hacerse su "DAFO personal" para descubrir y describir con honradez las debilidades y las habilidades de cada uno. Me gustaron algunos de los consejos dados en el seminario CBA sobre inserción laboral cultural:
- Aprende a dar lo que piden, ajustándote a lo que verdaderamente necesitan y sin olvidar nunca quién eres.
- Aprovecha las oportunidades pero... no tires a todo lo que se mueve.
- Persevera pero... sin angustiarte por "hacer y hacer".
- Hacer contactos, crear red, estar presente, pero... sin convertirte en una "mosca cojonera".
En resumen, la idea siempre es encajar las piezas del puzle para ser consecuente con uno mismo (aunque no siempre es fácil). Y, no nos olvidemos, a parte de mucho trabajo (bienvenidos al mundo de la sobreautoexplotación) se necesita una buena dosis de suerte.
Por otro lado, se habla mucho de emprender (nueva ideología). Curiosamente, en la formación y en el mundo laboral, quién asesora a emprendedores nunca ha montado una empresa. Además, todos los másters y formaciones están pensados para momentos propicios, no para momentos precarios. Lo que sí se ha de tener claro - como bien nos decía Santiago Arroyo ó Robert Muro - es que está muy bien la mentalidad social y desinteresada de la cultura, pero los proyectos culturales deben ser sostenibles económicamente, no porque uno quiera lucrarse hasta el infinito con ellos (que ya sabemos todos que en cultura eso no existe) sino porque uno tiene que comer, vivir y pagar facturas y si se quiere que estos proyectos perduren en el tiempo y tengan corresponsabilidad social se necesita que sean viables; de otro modo, terminarán por agotarse en breve.
En fin, que una cosa, lleva a la otra, que se puede salir del agujero con ideas y proyectos, que hay que ser corporativos y colaborativos con el resto de gestores y de proyectos culturales, y que cada cual, desde la institución, sede o chiringuito que le toque trabajar, que haga gestión cultural desde el cariño, la dedicación y con ese fondo y regusto cultural que todos saboreamos cuando nos metemos en esto. Si eso se pierde, estaremos hablando de otra cosa.
+1 RT "Curiosamente, en la formación y en el mundo laboral, quién asesora a emprendedores nunca ha montado una empresa"
ResponderEliminar+1 RT: "Todos los másters y formaciones están pensados para momentos propicios, no para momentos precarios"
"uno tiene que comer, vivir y pagar facturas" vía @jlpalacios... Ahora sí, lo vas entendiendo. Ahora sí, ya SI sabes de qué va esto.
"estos proyectos (...) se necesita que sean viables; de otro modo, terminarán por agotarse en breve." -> ¿Cómo era aquella queja sobre "el excel económico es el excel económico"? En este terreno, y no sólo en IT, te encontrarás puertas cerradas y salidas forzadas por "éxceles económicos" pensados por mentes casposas y crapulosas para las cuáles tu actividad cultural podrá (e incluso deberá, según ellos) ser reemplazada por la de un becario (si no ya directamente ocupada por él).
Gran dosis de realismo la de este por tuyo. Enhorabuena. Y ya se sabe que el realista ajusta las velas a los vientos que soplan (el optimista espera vientos propicios y el pesimista es incapaz de ver rumbo en la tormenta).
¡Suerte!
Muy interesante. En mi caso personal, después de diez años como gestora cultural, creo que tus aproximaciones son tan acertadas como realistas. Añadiría a la suerte el instinto -"aprovechar las oportunidades"-: no hay nada más gratificante que creer en un proyecto pequeño y hacerlo grande. A mí confirar en el alma de las cosas con alma me trajo muchas alegrías; sin embargo, desde mi perspectiva como emprendedora me provoca continuos bloqueos. Cuando hay calidad se debe arriesgar!
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